Hemos
visto los titulares de prensa relativos al nuevo Plan Integrado de Gestión de
Residuos de Navarra, (PIGRN 2025). Se ve el interés de querer resaltar que en
él se descarta la incineración como opción para el tratamiento de los residuos ¿Pero
sucede eso realmente?
En
los tiempos de debate y discusión del anterior PIGRN nos machacaban con la idea
de que la incineradora era una alternativa infinitamente mejor que el vertedero.
Los pro incineradores destacaban las bondades de extraer el valor energético de
los residuos. Decían que mejor que tirarlos al vertedero era pegarles fuego en
una Planta de Valorización Energética, que es como se llama a la incineradora,
y así producir electricidad. Con todas
las garantías claro; con las más avanzadas tecnologías y sistemas de filtros
modernos que no producirían daños ambientales ni de salud.
A
pesar de todo, aquella historia no coló. Instituciones, todos los partidos
políticos, movimientos sociales, consorcios de desarrollo, etc., se opusieron
con rotundidad a aquella aberración.
Y
se descartó la incineradora. Ahora lo volvemos a ver en los titulares. Todos
los responsables políticos de todas las épocas han capitalizado ese titular. Pero
por desgracia, ni antes, ni ahora, se ha descartado la forma más peligrosa de
incineración de residuos: la coincineración.
La
coincineración es quemar los residuos utilizándolos como “combustibles” para
supuestamente aprovechar su valor energético en un determinado proceso de
producción, como puede ser la fabricación de cemento u otros.
Aunque
la coincineración está, en principio, sujeta al mismo régimen de emisiones que
la incineración (lo cual ya debería constituir un motivo de alarma en
aplicación de los mismos principios que guiaron la oposición a la incineradora
y su posterior descarte), las empresas que la realizan tienen importantes
exenciones en sus límites de emisión, puesto que no es su actividad principal y
en sus instalaciones se realiza otro proceso productivo. En definitiva, emiten
una mayor carga de peligrosísimos contaminantes que una incineradora o Planta
de Valorización Energética moderna como la felizmente descartada.
Una
cementera, donde se puede coincinerar, emite del orden de 30 veces más volumen de
gases que una incineradora y tiene una alta capacidad para quemar residuos. Por
poner un ejemplo cercano en cuanto a la propiedad, la cementera de Pórtland (FCC)
de Alcalá de Guadaira (Sevilla), de similar capacidad de producción que la de
Olazti, ha solicitado y obtenido permiso para quemar 292000t de residuos.
Desde
la Plataforma 3Mugak Batera llevamos muchos años de lucha en contra de la
incineración (coincineración) en la cementera de Pórtland de Olazti. Y hemos
advertido de las consecuencias que para la salud de las personas, para el medio
ambiente, y para los recursos de las zonas afectadas, esa práctica conlleva.
Existen
otras cuestiones en torno a la coincineración que los responsables políticos,
sobre los que recae la responsabilidad de ofrecer alternativas más respetuosas
con la vida de las personas y el medio ambiente, deberían conocer antes de
presentar como alternativa a la incineración, la coincineración.
La
incineradora descartada debía respetar unas distancias de alejamiento a las
poblaciones, acuíferos, parques naturales, enclaves turísticos etc. Nada de eso
ocurriría con una empresa que, legalmente, y potencialmente de acuerdo con la
vía que podría quedar abierta en el nuevo PIGRIN, podría convertir sus
instalaciones (por ejemplo de producción de cemento si hablamos de Pórtland de
Olazti), en instalaciones de coincineración. Podría hacerlo ¡¡ en la misma
ubicación actual !!, es decir, a 400m del pueblo, tocando a los parques
naturales de Urbasa-Andía, al pantano de Urdalur o al Nacedero del Urederra . Sólo
porque realizaría una “coincineración” de residuos.
Es
conocido el tremendo rechazo que suscitó en Sakana y otras zonas afectadas, el
tema de la “coincineración” en la cementera de FCC, respaldado por el anterior
gobierno de Navarra. Se aprobaron mociones de rechazo en todos los
ayuntamientos y se dieron las mayores movilizaciones nunca antes vistas en la
zona, secundadas por partidos (también por los que conforman el actual
gobierno), sindicatos, agricultores y ganaderos, casas rurales, etc.
Resulta
del todo increíble que, en el marco del nuevo plan de residuos surgido de un
gobierno de cambio, tengamos que volver a debatir sobre la conveniencia o no de
la “alternativa” de la coincineración, cuestión que nos dicen, ha quedado para
el debate.
La
coincineración no es una alternativa a la incineración, la diferencia consiste
en que se cambia el nombre y las instalaciones, y se multiplica su
peligrosidad. Habrá que buscar verdaderas alternativas a la incineración de los
residuos.
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