Mallorca lleva desechos de fuera para evitar subir la tasa o compensar la concesionaria
Una isla turística como Mallorca,
que multiplica su población de un millón de personas por diez cada año, genera
una ingente cantidad de residuos. Con esta premisa, el Consejo de Mallorca,
la institución responsable de la gestión,
redactó en 2006 un documento de
previsionesque calculaba llegar al millón de toneladas en 2018. Por este motivo, y en
contra del criterio de algunos expertos en la materia y de la organización ecologista GOB, decidió duplicar
la capacidad de la incineradora añadiendo dos
hornos para quemar.
"Entonces nuestra entidad ya advirtió que eran
unos cálculos absurdos y que no se quería tener en cuenta la capacidad de los ciudadanos de actuar con
responsabilidad separando los residuos y apostando por el
reciclaje y la reducción", recuerda la portavoz del GOB MargalidaRamis. Y,
efectivamente, la recogida selectiva no ha dejado de crecer desde entonces. Por si fuera poco, una
crisis económica que nofinaliza ha terminado de
dinamitar las optimistas expectativas del Consejo, que para el
año 2012 preveía una producción de basura de más de 800.000 toneladas,
cuando en realidad sólo se generaron 558.000,
lo que supone un error de cálculo de más de
250.000 toneladas.
El problema es que tal y como se concibió hace 20 años la gestión de los residuos en
Mallorca, con una concesión muy polémica en la
empresa Tirme, propiedad de Urbaser, Iberdrola y FCC,
reducir los residuos no es una buena noticia. Para que la concesionaria ve reducidala producción de energía eléctrica procedente
de la incineración, y el
Consejo, que en cierto modo es cautivo de su concesionario y no tienemargen de maniobra, se ve obligado a subir la tasa de residuos, actualmente fijada en 131 euros por hogar.
Para evitar una medida tan impopular como subir la tasa en plena crisis, la actual consejera de Medio Ambiente,
Catalina Soler, ideóimportar residuos de fuera, y así mantener el nivel de
actividad incineradora. Su departamento calcula
que los 5,3 millones de euros
queingresarán por la importación y destrucción de lo que ella llama "combustible
sólido recuperado", por no decir su basura representan un 7,7%de la reducción total de
costes , lo que permite mantener congelada la tasa. "No representa ningún peligro para el medio ambiente
ni para la salud", afirma una y otra Soler.
Claro que el "combustible",
residuos en toda regla, no gusta a buena parte de los ciudadanos de
Mallorca, que han repetido manifestaciones desde el momento en que se conoció la medida. El
material entra por el puerto de
Alcudia, y los vecinos han denunciado el mal
olor del barco que lleva los residuos desde Irlanda. "Es insoportable. Es una
vergüenza que nos tengan que llevar la suciedad de los
demás ", asegura Miguel, un residente de la zona. La semana
pasada, en una concentración en el Puerto de
Alcúdia, Margalida Ramis, del GOB, lamentó: "En materia de
residuos no se ha priorizado el
interés general sino el negocio del
concesionario, y ahora lo pagamos los ciudadanos".
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