Estos días se
está hablando mucho del PSIS de Donapea
y del empecinamiento de UPN en sacarlo adelante para favorecer los
intereses privados del Opus en detrimento del interés general. Hay
unanimidad en la oposición a la hora de definir como un atropello a la
autonomía municipal la imposición de ese instrumento excepcional.
El 31 de agosto,
concluía el periodo de exposición pública de otro proyecto que UPN también se empeña en sacar adelante, el
PrSIS que presentó Pórtland, esta vez para facilitar que la multinacional de
las basuras FCC pueda realizar su negocio de
gestión de residuos en su cementera de Olazti. Además en este caso con
el agravante del grave perjuicio que ello acarrea para la salud de las
personas, porque tal y como recoge el
Convenio de Estocolmo, las cementeras que queman residuos son la tercera principal fuente de emisión de
dioxinas, furanos y metales pesados, sustancias altamente cancerígenas ante las
que no existe un valor seguro de exposición.
De entrada,
el hacer coincidir el citado periodo de exposición pública con el periodo vacacional es una actitud
que denota mala fe y nula
voluntad de facilitar una participación efectiva en un tema
que afecta a la salud pública y al medio ambiente. En este sentido cabe
señalar que la solicitud para la prórroga de dicho periodo de exposición fue
rechazada por el GN.
El GN, reconoce
expresamente que "no se puede ignorar que este PrSIS nace, de acuerdo con
su naturaleza de instrumento de Ordenación Territorial, con vocación de
resolver eventuales conflictos que puedan surgir entre los intereses generales
de la Comunidad Foral y aquellos otros más limitados de la entidad local de
la implantación o municipios de su área de influencia, como en este preciso
caso está ocurriendo". El GN reconoce abiertamente que el origen del PrSIS de Pórtland (o su "nacimiento") no es otro sino imponer
sus determinaciones a la voluntad municipal del Ayuntamiento de Olazti y a su
normativa local. En ese sentido cabe
reseñar que ya el pasado 18 de marzo el
Diario de Navarra colocaba en
primera página este titular: “El Gobierno tramitará la incineradora de
Pórtland. Plantea un plan supramunicipal para evitar la oposición de Bildu en
Olazagutia”. A lo que nosotros
añadiríamos, y la de la mayoría del grupo municipal socialista, que también se
opone a ese proyecto.
Una vez afirmado
lo anterior, solo le queda a la multinacional “justificar” su PrSIS y revestir su interés
puramente privado con un supuesto interés general. Para ello expone la mercantil que su proyecto encaja en el Plan
Integrado de Gestión de Residuos de Navarra (PIGRN) y la necesidad de acometerlo para el mantenimiento
de los puestos de trabajo.
Con respecto a
la primera cuestión, los mapas del PIGRN descartan la posibilidad de que una
actividad finalista de gestión de residuos mediante la quema de los mismos
pueda realizarse en la zona de Sakana. Los criterios de ubicación señalados en
el Plan para la realización de esa actividad establecen distancias de alejamiento a los Parques
Naturales, acuíferos y a las poblaciones
que en ningún caso cumple la planta cementera de FCC. La planta contemplada en
el PIGRN para realizar esa actividad era la Planta de Valorización Energética,
felizmente descartada.
Con respecto a
los puestos de trabajo, la nueva actividad no creará ni un solo puesto de trabajo, es más, al día
siguiente de presentar su PrSIS, la empresa anuncia el despido de 20
trabajadores en Olazti, despidos que se ven
acrecentados en sus plantas donde queman residuos, pues el objetivo de
Pórtland, una vez analizadas las perspectivas futuras de producción muy alejadas de los irreales consumos de cemento de años precedentes, es
quemar más y más residuos fabricando mucho menos cemento, para lo cual no
necesitan mantener la plantilla.
Además resulta
hiriente que, sin ningún pudor, Pórtland esgrima el tema de la competitividad
cuando la Comisión Nacional de la Competencia le ha impuesto una sanción de
seis millones de euros por considerar acreditado que ha acordado los precios de
sus productos ilegal y fraudulentamente, lo que ha supuesto la ruina de
empresarios honrados, la pérdida de 200 puestos de trabajo en el sector y, además,
el pago de sobreprecios por parte de las arcas Forales por un valor de más de
100 millones de euros. Todavía esta empresa en su pretensión de justificar su
proyecto, tiene la desfachatez de hablar de la ventaja que para Navarra
supone tener una planta cementera en la Comunidad que ¡¡abarata los precios de sus productos por proximidad!! Una empresa
así carece de toda credibilidad a la hora de justificar un PrSIS para una
entidad privada, cuando además, ha
entregado a la citada Comisión datos falsos y/o engañosos para su
fiscalización.
Volviendo al
principio, si la operación de Donapea favorece al Opus, la de Olazti favorece a la multinacional de
las basuras FCC . Si el Ayuntamiento de Pamplona se opone, también el de
Olazti, además de todos los
Ayuntamientos de la zona, Mancomunidades, sindicatos, Casas Rurales y otros muchos Ayuntamientos de Navarra que no apuestan
por la incineración como forma de gestionar los residuos.
Porque existen
alternativas a la incineración como las
basadas en la reducción, la reutilización , el reciclaje , el compostaje etc.,
que son mucho más respetuosas con la salud de las personas, el medio ambiente y
con otras formas de desarrollo con una buena perspectiva de futuro para nuestra
tierra y que además mantienen y crean miles de puestos de trabajo.
Queremos pedir a
los partidos políticos que se opusieron en su día a que se quemaran los
residuos en la Planta prevista en el PIGRN,
que hagan lo mismo ahora cuando se quieren quemar aprovechando las
instalaciones de una cementera que no son adecuadas para ello y que no tienen
ningún encaje en el citado Plan.
Y de la misma
forma, queremos pedir a los partidos que
se oponen en otros sitios a la imposición de proyectos mediante instrumentos excepcionales, como son los
Planes y Proyectos Sectoriales de Incidencia Municipal, que hagan lo mismo en
el caso de Olazti.
No a la
incineración de los residuos.
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