El Plan Integrado de Gestión de Residuos
de Navarra (PIGRN) 2010-2020, aprobado a finales de 2010 y anulado por
el TSJN, recogía construir una planta incineradora para quemar los
residuos impropios que no pudieran ser recuperados. Esta opción aparece
la última, después de las de reducción, reciclado y reutilización.
El mismo Plan concreta para su ubicación ciertos parámetros:
tamaño, lugares idóneos (aunque sin concretar) y presupuesto… dónde no
está aconsejada su instalación y los motivos razonados.
La elección de Cementos Portland como incineradora de Nafarroa, no aparece en ningún apartado del Plan, pero en la práctica con un mero trámite administrativo así lo han decidido FCC y el Gobierno de Nafarroa. Para ello han aprobando integrar unas instalaciones y una actividad privada en la gestión pública de residuos de Nafarroa. En la justificación de Portland de las circunstancias que motivan la declaración como de Incidencia Supramunicipal dice: «…toda vez que los efectos derivados de la valorización energética de residuos trascienden el mismo para extenderse al más amplio ámbito territorial de toda la Comunidad Foral, y ello tanto desde la perspectiva de la integración de las nuevas instalaciones en la política pública de la Comunidad Foral en la gestión de residuos» .
En el proceso de aprobación del PIGRN hubo debate social –aunque menos de lo que nos hubiera gustado– y propuestas. Algunas de ellas fueron incorporadas al mismo. En la adopción de la decisión de que sea la cementera la que gestione e incinere los residuos de Nafarroa, no. Esto representa un fraude de ley, ya que es exigible un proceso de participación antes de la toma de decisiones que nos afectan de una u otra manera a toda la ciudadanía.
Es evidente que existe un trato de favor del Gobierno de Nafarroa hacia la Cementera de FCC, y para entenderlo no hay más que ver estos datos:
–Han redactado un Prosis ad hoc con el fin de pasar por encima de la autonomía municipal y su ordenanza que prohíbe la incineración en los hornos de la cementera.
–Han tomado la decisión de incinerar ignorando los informes del Departamento de Medio Ambiente, de 36 escritos de alegaciones y solo con los aportados por la empresa.
–Lo han decidido en el plazo récord de medio año.
–Aunque la empresa para ser rentable pedía incinerar 16.800 toneladas de residuos, el Gobierno le ha adjudicado 56.500. Con todo, esto no ha evitado despidos de trabajadores en la planta.
–La inquietud por la incineración ha estado presente en otras localidades de la comunidad. Así, cuando se anunció la instalación de una planta para la quema de neumáticos en Tutera, todas las instituciones y partidos políticos votaron en su contra. Tafalla se anunció como un posible lugar para la planta incineradora y, al igual que en Tutera, todas las fuerzas vivas e institucionales se opusieron. ¿Por qué lo que es malo para Tutera y Tafalla es bueno para la Sakana?
–En el Prosis aprobado se admite «la dosificación de residuos no peligrosos en el proceso de producción de cemento». Los residuos, además de su peligrosidad en sí, se vuelven peligrosísimos cuando se queman (aceite, neumáticos, disolventes, restos de automóvil, lodos de depuradora, etc.). También dice que autoriza la valorización de residuos no reciclables, cuando todavía no se ha puesto en práctica proceso alguno que determine qué residuo es o no reciclable.
–Cementos Portland es una empresa mafiosa que, según la Comisión Nacional de la Competencia, funcionaba como un cártel, alterando el precio del cemento. Estafó a Hacienda del Gobierno de Nafarroa 100 millones de euros de las obras públicas y mucho más a la ciudadanía en obras privadas.
Cementos Portland Olazti, a partir de ahora, funcionará como un gestor de residuos y sus beneficios vendrán no tanto por el supuesto ahorro energético en la fabricación del cemento como por la incineración de residuos, subvenciones por reducir el CO2 y por la venta de derechos de emisión.
Si bien toda combustión implica emisiones a la atmósfera, las incineradoras están diseñadas para ese fin y técnicamente están mucho mejor preparadas que los hornos cementeros. Aunque no pueden evitar eliminar totalmente las emisiones de más de 400 componentes peligrosos para la salud, entre ellos las temidas dioxinas y furanos, son muchísimo más eficiente que las cementeras. Incineradoras y cementeras están sujetas al mismo régimen de emisiones contaminantes, pero a los hornos de las cementeras la legislación vigente les permite mayores valores de emisión que a las incineradoras, por lo que los hacen más peligrosos.
La incineración de residuos resulta peligrosa y se debería evitar a toda costa. Estas emisiones contaminan el aire, el agua y la tierra, y sus componentes se integran en la cadena trófica, llegando hasta los alimentos. Afectarán a las actividades de turismo, producción agrícola y ganadera, etc., y representan una amenaza para la salud. Recientes estudios han corroborado que la proximidad a las plantas donde se incineran residuos elevan la probabilidad de contraer cáncer, cosa que miles de médicos y científicos venían advirtiendo.
Por varias razones, no se podrá encontrar un lugar en Nafarroa más inadecuado que Olatzagutia para la incineración de residuos: a) Situación inadecuada por la cercanía de varias localidades y parques naturales. b) Cercanía de embalses desde donde toma el agua de boca Gasteiz y varios municipios de Sakana. Por esto y por el rechazo generalizado de la ciudadanía, resulta irresponsable y temerario haber concedido a Portland el permiso para incinerar.
Si hubiera voluntad política, que no la hay, existen soluciones que evitarían gran parte de la producción de residuos en nuestra comunidad, y esto haría innecesario tanto la construcción de una incineradora como su eliminación a través de los hornos de la cementera de Olatzagutia. Esto pasaría por poner en práctica las directivas europeas en materia de prevención y recuperación de residuos.
Juan del Barrio
Miembro del Consejo Navarro de Medio Ambiente
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