Pablo Lorente Castejón, 44 años), como cabeza visible de la Fundación
Sustrai Erakun-tza, expone el 'triunfo' de este colectivo, de la mano de
la Mancomunidad de Sakana, que ha conseguido frenar, con sentencia
mediante del TSJN, los planes de residuos del Gobierno de Navarra
Enrique Conde
- Domingo, 17 de Febrero de 2013-Diario de Noticias de Navarra
Pamplona. Todo pasaba por una
incineradora para quemar residuos que para no levantar mucho la liebre
no se decía dónde se ubicaba. De esta forma, el ocultismo de su plan de
residuos, coronado con esa planta de valorización energética, le ha
provocado al Gobierno foral un rapapolvo judicial. El TSJN anula el
PGRIN proyectado y dice que de hacer una incineradora se debe decir
donde, más que nada por evaluar su impacto, algo lógico a todas luces.
Sustrai Erakuntza, que junto a la lucha contra el TAV, las centrales
térmicas, la incineradora de Portland y contra todo aquello que suponga
una acción contra el medio ambiente en Navarra y una hucha para los
interesados bolsillos particulares, encabezó junto a la Mancomunidad de
Sakana la oposición a ese PGRIN. Ahora los tribunales les dan la razón.
Es hora de corregir los errores, dice Pablo Lorente, miembro de una
Fundación que con los recursos justos, está dando guerra y llenándose de
razones para mantener el gigante pulso.
¿Qué sensación les deja el hecho de que los tribunales anulen el PGRIN y el Gobierno se obceque en que va a seguir adelante?
Nos deja una evidencia, y es que el Gobierno de Navarra
malgasta fondos públicos y personal de la Administración en plantear un
recurso que tendría que servir para otros temas. Creemos que el Gobierno
no tendría que dedicar recursos públicos a este tipo de situaciones
jurídicas. El TSJN anula el PGRIN por no estar de acuerdo a la ley en
algunas cuestiones fundamentales, y lo que debería hacer el Ejecutivo es
abrir un proceso para plantear un nuevo plan de residuos para Navarra.
¿Qué líneas seguiría ese plan?
Es básico apostar por las tres R, (Reducción, Reutilización y
Reciclaje), eso significa políticas a más medio y largo plazo y apostar
por un sector público fuerte tanto en la recogida como en el
procesamiento de residuos porque puede ser la base muy clara para la
mejora de la calidad medioambiental y de la salud de las personas. No se
puede seguir con este modelo, llenando vertederos y con ese modelo de
consumo. Eso significa políticas participativas, vecinales, de
colectivos sociales, en un proceso que dinamice otra forma de entender
el consumo.
¿El Gobierno en Navarra no apuesta precisamente por lo contrario?
Lo que hace en el PGRIN declarado ilegal es un planteamiento
en el que el 90% del coste de este plan va destinado a lo que ellos
llaman planta de valorización energética, que en román paladín es una
incineradora para quemar residuos. ¿Qué ocurre? Que ahora el Gobierno de
Navarra, aparte de la sentencia en contra, no tiene capacidad económica
para hacerla. Y ya el Ejecutivo anterior, de UPN y PSN, aprobó todo un
PSIS para favorecer a la empresa privada, en este caso la planta de
Olazti de Portland, para quemar residuos.
El Gobierno ocultó información sobre la ubicación de la incineradora.
El Gobierno foral tiene una historia muy abundante de cargarse
la legislación medioambiental básica en muchos aspectos. Los tribunales
les han dejado claro que ese PGRIN no tiene validez jurídico legal.
Entre otras cosas no define el sitio donde quiere poner la planta
incineradora, con lo que no se puede hacer con lo cual una evaluación de
impacto ambiental, que es de obligado cumplimiento legal, justo, ético,
racional... Y el Gobierno ha priorizado no decir el sitio por razones
políticas, de enfrentamiento civil con la sociedad, en lugar de
priorizar un análisis riguroso de los impactos y un planteamiento
diferente para procesar los residuos. Y algo muy importante y que
vulnera la legislación, a raíz del PSIS de Olazti, el Gobierno deja en
manos de una empresa privada un tema que tiene que ser planificado y
decidido a nivel público.
¿Cómo está la situación de ese PSIS de Cementos Portland?
"Las basuras son un
negocio muy lucrativo.
FCC cobra por recogerla
y Portland por quemarla"
"Hay que hacer otro
planteamiento basado
en la reducción, la reu-
tilización y reciclaje"
"Una incineradora
daña la salud"
negocio muy lucrativo.
FCC cobra por recogerla
y Portland por quemarla"
"Hay que hacer otro
planteamiento basado
en la reducción, la reu-
tilización y reciclaje"
"Una incineradora
daña la salud"
Se publicó hace poco. Es probablemente uno de los PSIS
aprobados con mayor rapidez en la historia de Navarra, en una
instalación bastante compleja a la hora de plantear estudios. El PSIS se
ha publicado sin tener en cuenta ninguna de las alegaciones presentadas
por los opositores, no solo con razonamientos medioambientales, sino
también jurídicos, técnicos y económicos. Lo que cabe ahora es
recurrirlo y eso se va a hacer.
¿Esperan que ocurra como con el PGRIN y les den la razón?
No solo hay base, sino que el tiempo nos está dando la razón.
Los ayuntamientos de aquí, Araba y Gipuzkoa, la Mancomunidad de Sakana,
colectivos sociales, Hiru Muga, Lurra, la Fundación Sustrai Erakuntza,
el colectivo de las Tres R, estamos demostrando, porque nos dan la razón
los hechos. Es una auténtica aberración y una perversión para el
territorio hacer una instalación de este tipo en la cementera de
Olazti. Ni ahí ni en ningún punto de Navarra. De hecho, hace años se
intentó montar una planta de incineración de neumáticos en Tudela y se
paró por la movilización social. Igualmente se intentó en la zona de
Tafalla montar la incineradora de este PGRIN y la paramos gracias a la
rápida respuesta social y a conseguir que el Ayuntamiento de Tafalla por
unanimidad, incluido los grupos municipales de UPN y PSN, votaran en
contra. Y ahora en Sakana hay que hacer lo mismo. Sustrai Erakuntza va a
garantizar el apoyo jurídico-técnico a la lucha pero es la movilización
sostenida, la firmeza política de las instituciones de la zona y del
resto de Navarra la razón para que no se instale una incineradora en
nuestra comunidad.
Los temas medioambientales son un buen ejemplo de lucha social que para los pies a los Ejecutivos.
Así es. Daré varias razones de por qué se debe decir no a la
incineradora. Primero, no es cierto que vaya a generar empleo. Eso no es
cierto, es una gran mentira. Lo único que van a hacer es cambiar
combustibles, una cementera es una fábrica que hace cemento. El problema
de las cementeras en este momento es que ha estallado la burbuja
inmobiliaria, con lo cual no se produce cemento. Además, se está
beneficiando a una empresa privada que estaba dentro de un lobby
o un cártel mafioso, que se dedicó a malversar dinero público a base de
pactar precios, algo demostrado por la Comisión Nacional de la
Competencia. Tercero, el producir este tipo de instalaciones no solo
genera un problema medioambiental y de salud para las personas sino que
deteriora la economía de la zona, y la gente va a dejar de consumir
productos lácteos, agrícolas y ganaderos de la zona y se van a
contaminar los acuíferos.
Y además hay alternativas.
Ese es el último punto, pero al Gobierno de Navarra no le
interesa verlo. El camino que hay que seguir es el puerta a puerta que
pregona la Mancomunidad de Sakana como proceso de recogida. Hay que
tener en cuenta que las basuras son un negocio muy lucrativo, no es
casualidad que la mafia en Italia controle parte del sector de recogida
de basuras y no es casualidad que en el Estado español una empresa sea
la que recoja la basura (FCC) y otra firma (Portland) vinculada al mismo
grupo sea la que la quiere quemar. Tenemos el círculo perfecto: cobran
por recoger y por quemar. Ahora en Navarra tenemos la oportunidad de ser
un ejemplo de algo diferente.
Es a su juicio una oportunidad para un nuevo proyecto integral.
No nos cabe ninguna duda. Con los actuales gobernantes es
imposible, no se le puede pedir a un león que sea vegetariano y tampoco
esperar que los partidos mayoritarios cambien su planteamiento de
beneficiar al sector privado. Pero es que eso nos perjudica a todos, no
ya solo por salud que es lo fundamental, sino incluso a nivel económico.
Pero se crean más puestos de trabajo con un modelo basado en otra
recogida que el que preconiza la incineración y grandes vertederos. La
prueba está en la bronca y la sangre que se derramó con el vertedero de
Aranguren, y no solo tenían razón sino que nadie ha hecho un mea culpa de aquello.
Ocurriría algo similar si el Gobierno desoyera la sentencia, ¿nos encontraríamos con otro Aranguren?
Tenemos tiempo para ello y además será necesario. Ya hay
convocadas movilizaciones en Sakana y el Gobierno, en el terreno
judicial, lo único que busca recurriendo es ganar tiempo. Pero nosotros
consideramos que es fundamental la movilización social y tenemos que
aunar esfuerzos tanto ahí como en la denuncia política y el frente
jurídico. La incineración es un negocio especulativo para producir en
parte energía eléctrica. Pero es que no hace falta más energía. Con la
incineración no vamos a ninguna parte, es una búsqueda del beneficio
cortoplacista, de carácter especulativo, vinculado a intereses
particulares, que encima daña a las personas, al medio ambiente y no
favorece la economía de las poblaciones afectadas.
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