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2013/01/19

Señora Goikoetxea, ¿no vale con Koskobilo?

VARIOS son los articulos editados sobre la previsible incineración-coincineración de residuos urbanos en la planta de Cementos Portland de Olazti. La mayoría de la población de Sakana, asi como sus instituciones, son contrarias a dicha actividad, y mi reflexión va paralela a esos informes que viene publicando Hiru Mugak y otros organismos representativos en general.
A nivel económico es muy importante para todo el país, incluido Euskalherria, la obtención de materias primas y su consiguiente transformación. En Sakana históricamente se ha convivido con ello y nadie duda que pueda o deba existir la produción de cemento, eso sí, manteniendo y respetando a las entidades locales competentes y dentro de una economía sostenible con el medio ambiente, ello quiere decir cemento sí y puestos de trabajo también.
Cuando se plantea la disyuntiva incineración o destrucción de puestos de trabajo, además de no ser correcto, existen evidencias de la manipulación e intento de polarización entre la población en general y trabajadores -familias de dicha empresa-. Lo mismo intentaron sin éxito con las instuciones de Sakana, y desde aquí mi aprecio a la alcaldesa y Corporación de Olazti por mantener la coherencia, estando en el lugar adecuado y con la única premisa que debe actuar un responsable municipal, que es mantener y defender que la población a la cual representa no puede asumir semejante riesgo.
La historia de Cementos, creada en 1907 (evidentemente con varios propietarios), parte a mi forma de entender de una ubicación incorrecta, a 200 m. del casco urbano, iniciándose con el nombre de Cementos El Cancrejo", suministrándose de la caliza y arcilla de las zonas cercanas, entre ellas del paraje denominado Koskobilo, donde existió un yacimiento del Paleolítico Inferior destruido en los años 40 debido a la construcción de la cantera de Olazti, según expertos historiadores sería a pequeña escala una Atapuerca, habitado en distantes fases a lo largo de la historia. Se habla de una cueva de grandes dimensiones y solo en las escombreras, y tras penoso trabajo, se pudieron obtener cerca de 6.000 piezas de silex, pudiéndose identificar en restos de animales a todos los conocidos en la zona más algunos exitinguidos hace muchos años como el hipopótamo, rinoceronte, leopardo, bóvidos y oso de las cavernas, así como collares y objetos de adorno. Todo ello en la escombrera, y podríamos decir que eran otros tiempos, pero en los 80, tras alguna explosión aparecieron aperturas y se pudo haber retomado el tema de investigación sin cierre lógicamente de su actividad, pero las presiones fueron innumerables para que no se llevase a cabo. Dicha reseña con el patrimonio cultural, arqueológico e histórico deseo retomarla con el perfecto asentamiento humano que ha sido y esperamos siga siendo Sakana durante muchos años. La época industrial requirió adecuación, convivir en armonía y equilibrio medioambiental no exentos de graves errores, y en ello seguimos estando, la piedra de silex es ahora una herramienta muy elaborada, los collares y adornos se venden en comercios y la cadena productiva genera puestos de trabajo.
Pero debemos decir basta ya de acoso a nuestro territorio, que todavía mantiene en buen estado sus montes, cultivos, acuíferos. Señora Goikoetxea, usted sabe bien la labor ejemplar de sus antepasados, y como responsable de empleo cuáles son los problemas reales, sabe que el inicio de la coincineración será imparable. Cuando den el pistoletazo de salida y Sakana tiemble se verá la reducción de puestos de trabajo y vía libre a la incineración en acuerdo con los responsables del actual Gobierno de Navarra. La compañía de Olazti pudo haber visto en un primer momento la forma de reducir sus costes de operación con una básica coincineración, pero su dirección se ha dado cuenta del gran chollo económico, y más en Nafarroa, donde piensan tener barra libre. Para alcanzar sus metas, para subir sus intereses bursátiles, se posicionan hacia algo más intenso y de continuidad en el tiempo, la cartera de clientes y sus comerciales se mueven ofreciendo la posibilidad de llevar allí sus desechos, parece ser que ellos serían incluso gestores, pero pudiera llegarse a acuerdos con empresas de desecho establecidas. Cada cliente, pongamos el caso de un ayuntamiento, debe suministrar un mínimo para ser considerado cliente, y cuanto más basura mejor, mejores resultados, cada tonelada tratada un coste, y los datos dan que cada año se genera un 5% más de basura.
Incineración o cierre de empresa, de nuevo la amenaza. Cuando pueden y deben surgir empresas que mantengan una ética comercial en temas tan complejos como el reciclaje de residuos, no se puede dejar en manos de compañías sin escrúpulos y que no respeten la voluntad popular. Si todo esto lo extraspolásemos a la Amazonia, por poner un ejemplo, sería un horrendo y atroz atentado a la humanidad, pero aquí, en un país civilizado, todo vale cuando paradójicamente sufrimos las mismas consecuencias. Evidentemente, estamos ante una falsa dicotomía, si se produce cemento que sigan en ello dentro de unos parámetros igual complicados, pero fruto de la situación económica actual, pero no reconversión en incineradora. Ahora todavía se está a tiempo de plantearse algo diferente, luego vendrán los problemas de por vida, generacionales, posiblemente vuelta a polarización y al intento de enfrentamiento. Por negligencia destruyeron nuestro gran asentamiento Koskobilo, pero no dejemos cambiar nuestro entorno, no dejemos que nuestra civilización actual se quede en algún estracto petrificado, hay que seguir con vida, con ilusión, teniendo buenos argumentos de desarrollo económico sostenible y compromisos personales como puede ser en este caso el puerta a puerta o similares procesos de reciclaje, que los pueblos de Sakana opten con coherencia y disciplina frente a la comodidad y dejación. Labor de colectivo frente a la crítica irrelevante y un no rotundo a la incineración, digamos claramente que tenemos, no solo que no queremos, tenemos alternativas, cuatro parques naturales, importantes acuíferos, cualquier opción de desarrollo en Sakana parte por una no incineración. Se comenta que dentro de 15 años la alimentación va a ser la consecuencia más grave de enfermedad, y muchas empresas alimentarias ya están exigiendo a sus proveedores que sus productos procedan de zonas no contaminadas, y así, ante los nuevos valores y factores de desarrollo sostenible, Sakana estará en breve tiempo en total desventaja.
La justicia es como la serpiente
Solo muerde a los descalzos (Eduardo Galeano)
Pongámonos las botas y a seguir trabajando.

IOSU IMAZ PRIM

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