Diario de Noticias, 23/12/2010. El Gobierno mantiene en el Plan Integrado de Gestión de Residuos (PIGRN) la construcción de una incineradora, aunque reduce su capacidad de tratamiento a 128.000 toneladas anuales de residuos urbanos, frente a las 165.000 previstas en principio. A esta cifra hay que sumar un 30% más de residuos industriales no peligrosos, que también se quemarán en la futura planta, cuya ubicación sigue sin darse a conocer. Las previsiones son que se recicle el 52% de la basura y se incinere el 48%.
El dato se expuso ayer, en la jornada de balance del proceso de participación pública sobre el PIGRN que se ha desarrollado desde septiembre. A la jornada, celebrada en el Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente, acudieron más de un centenar de personas, algunas de las cuales se mostraron muy críticas con el Gobierno, tanto por los posibles perjuicios para la salud que puede ocasionar la incineradora como por el hecho de que, a pesar de la reducción del tamaño, hipotecaría futuros objetivos de ampliar la recogida de biorresiduos. No obstante, Pedro Zuazo, director del Servicio de Calidad Ambiental, insistió en que Medio Ambiente considera que es la mejor solución.
La reducción del tamaño de la incineradora será posible porque el PIGRN ha recogido algunas de las alegaciones y propuestas formuladas durante el proceso de participación. Así, el modelo de recogida separada de biorresiduos, que en principio estaba prevista de forma piloto, se extiende a toda Navarra con el objetivo de recuperar el 50%, en torno a 56.000 toneladas anuales, para el compostaje y/o la digestión anaerobia. No obstante, el Plan no establece un modelo de recogida selectiva concreto sino que será cada mancomunidad la que proponga el que mejor convenga a su ámbito de actuación y al objetivo fijado. Tendrá para hacer la propuesta un plazo de doce meses.
También se pretende mejorar la calidad de la recogida, con el objetivo de alcanzar un máximo del 10% de rechazo en el caso de los biorresiduos y un 15% en los envases ligeros. El plan prevé asimismo desarrollar un estudio para determinar cuántas plantas de compostaje (posiblemente dos) se sumarían a las actuales de Cárcar y el Culebrete para tratar estos residuos, y qué ubicación tendrían. Se fija también un objetivo de prevención consistente en reducir en un 10% la generación de residuos y para ello se incluyen distintas medidas, así como facturar la tasa de basuras en función de cuánto se recicle y de qué calidad. Con estas y otras medidas el PIGRN reduce su presupuesto un 8%, en total se eleva ahora a 213 millones de euros, y se amplía su horizonte de actuación, pasando del año 2017 al 2020.
El dato se expuso ayer, en la jornada de balance del proceso de participación pública sobre el PIGRN que se ha desarrollado desde septiembre. A la jornada, celebrada en el Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente, acudieron más de un centenar de personas, algunas de las cuales se mostraron muy críticas con el Gobierno, tanto por los posibles perjuicios para la salud que puede ocasionar la incineradora como por el hecho de que, a pesar de la reducción del tamaño, hipotecaría futuros objetivos de ampliar la recogida de biorresiduos. No obstante, Pedro Zuazo, director del Servicio de Calidad Ambiental, insistió en que Medio Ambiente considera que es la mejor solución.
La reducción del tamaño de la incineradora será posible porque el PIGRN ha recogido algunas de las alegaciones y propuestas formuladas durante el proceso de participación. Así, el modelo de recogida separada de biorresiduos, que en principio estaba prevista de forma piloto, se extiende a toda Navarra con el objetivo de recuperar el 50%, en torno a 56.000 toneladas anuales, para el compostaje y/o la digestión anaerobia. No obstante, el Plan no establece un modelo de recogida selectiva concreto sino que será cada mancomunidad la que proponga el que mejor convenga a su ámbito de actuación y al objetivo fijado. Tendrá para hacer la propuesta un plazo de doce meses.
También se pretende mejorar la calidad de la recogida, con el objetivo de alcanzar un máximo del 10% de rechazo en el caso de los biorresiduos y un 15% en los envases ligeros. El plan prevé asimismo desarrollar un estudio para determinar cuántas plantas de compostaje (posiblemente dos) se sumarían a las actuales de Cárcar y el Culebrete para tratar estos residuos, y qué ubicación tendrían. Se fija también un objetivo de prevención consistente en reducir en un 10% la generación de residuos y para ello se incluyen distintas medidas, así como facturar la tasa de basuras en función de cuánto se recicle y de qué calidad. Con estas y otras medidas el PIGRN reduce su presupuesto un 8%, en total se eleva ahora a 213 millones de euros, y se amplía su horizonte de actuación, pasando del año 2017 al 2020.
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