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2011/06/19

¿A quién beneficia quemar los residuos?

27/06/2011
Llevamos años escuchando que tenemos la necesidad de una incineradora de basuras. Por un lado, la Diputación de Bizkaia construye Zabalgarbi y hoy pretende su ampliación. Por otro, la Diputación de Gipuzkoa, haciendo caso omiso de la gran oposición suscitada y las alternativas planteadas – la recogida puerta a puerta es un ejemplo-, planteó e impulsó el proyecto de la incineradora de Zubieta.
Las últimas noticias vienen de Nafarroa que acaba de aprobar un plan de gestión de residuos que contempla la construcción de una incineradora, en vez de expandir la recogida selectiva por todo el territorio. Lo hace incluso desmontando la recogida selectiva de materia orgánica que ya se practicaba en la comarca de Montejurra.
Pero hay muchas mentiras detrás de esa “necesidad” de quemar basura. Con la tecnología adecuada se puede llegar a reciclar el 100%, empezando con la recogida selectiva puerta a puerta. La principal excusa de los amantes de la incineradora en contra la recogida puerta a puerta es la necesidad de vertederos. Lo que no dicen es que la incineradora también los necesita para las escorias y cenizas que resultan de la quema de basuras.
También dicen que la energía resultante de la valorización (incineración) de residuos es energía renovable, ya que la Unión Europea denomina renovable la energía que se genera quemando residuos orgánicos, aunque sea incluso más contaminante que quemar gas natural. En realidad la energía renovable es la que se obtiene de fuentes naturales inagotables o capaces de regenerarse por medios naturales. Los residuos que se queman son una mezcla de diferentes materiales (plástico, vidrio, madera, papel, materia orgánica,...) que se pueden regenerar reciclándolos. Si los quemamos y los reducimos a ceniza ya no se pueden recuperar. Además, para poder quemar residuos húmedos y de poca energía calorífica, se les añade gas natural por lo que la energía obtenida, en gran medida, es derivada del gas.
Otra mentira contada por los defensores de la incineración: “la incineradora es inocua”. No es cierto. Tiene un gran impacto en la salud y en el medioambiente. La quema de residuos genera contaminantes tóxicos que se acumulan en las cenizas y también se emiten a la atmósfera. Entre estos contaminantes tóxicos se encuentran dioxinas, furanos, mercurio, plomo, metales pesados, gases ácidos y partículas ultra finas respirables. Estos tóxicos causan graves afecciones a la salud como las malformaciones congénitas, malformaciones en el feto, trastornos en los sistemas inmunológico, hormonal y nervioso, daños neuronales, e insuficiencias respiratorias y cardíacas entre otras.
Y ¿cómo, sabiendo todo esto, la mayoría de administraciones de Euskal Herria siguen defendiendo la incineración? La respuesta no es nueva: detrás de todo esto hay un gran negocio para el beneficio de unos pocos, los de siempre.
El negocio está montado de manera que hay más de una fuente de ingresos. El primer paso es adjudicar la construcción, puesta en marcha y mantenimiento de la infraestructura. Esto ocurre en todas las grandes obras públicas, que luego se subcontratan a grandes grupos empresariales formados por constructoras, consultoras, empresas de servicios,... Éstos se llevan todo el dinero público que se pone para este tipo de obras. El segundo beneficio viene de la actividad de la planta incineradora. Primero, cobran por tonelada de residuos que las mancomunidades les llevan para quemar. Y después, viene la “valorización con recuperación energética” como ellos le llaman. En realidad se trata de quemar basura añadiéndole gas natural y vender la electricidad producida como si fuese energía renovable, y aunque la ley les ampara en su negocio y la clasifica como renovable... ¡no lo es! El beneficio de generar energía renovable está en que a estas empresas se les subvenciona con dinero público y además la energía renovable a la hora de venderla tiene preferencia sobre la energía convencional derivada del petróleo, gas o carbón.  Vamos, un negocio redondo.
Al lobby económico montado alrededor de esta actividad, no le interesa que se recojan los residuos de manera selectiva ni que se recicle el máximo posible, ya que no tendrían qué quemar y se les acabaría el negocio. Y las administraciones no defienden el interés general, sino que están al servicio de los intereses económicos. Por eso no apuestan por las 3Rs: reducir, reutilizar y reciclar. Es posible aumentar la tasa de reciclaje recogiendo selectivamente los residuos y reciclando más fracciones de las que se reciclan en estos momentos. Por eso desde ELA exigimos verdaderas políticas de reducción y reciclaje y abandonar definitivamente los proyectos de incineradora.

Ainhara Plazaola
Medio ambiente-ELA

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