La intención de la empresa Portland-Valderribas, propietaria de la cementera El Alto, en Morata de Tajuña, de comenzar a quemar residuos tóxicos como combustible para fabricar el cemento en esa localidad, ha puesto en pie de guerra no sólo a los vecinos de Morata, sino también a la Plataforma del Sureste, que agrupa a 19 municipios de la región. Los alcaldes, apoyados por Ecologistas en Acción, aseguran que la quema de neumáticos, plásticos de coches y aceites industriales tendrá consecuencias nocivas sobre la salud de las personas. La Comunidad estudia estos días la viabilidad del proyecto.
Con el título Valorización energética de residuos en la cementera El Alto, de Morata de Tajuña, el proyecto, presentado por la empresa ante la Consejería de Medio Ambiente para que ésta elabore su informe de evaluación de impacto ambiental, prevé que en la planta se quemen los restos plásticos (PVC) de vehículos de desguace, así como neumáticos y aceites industriales. De esta forma, Portland-Valderribas conseguiría en sus hornos el calor suficiente para fabricar cemento y se ahorraría costes.Pero la empresa se ha encontrado ya con la oposición del Ayuntamiento de Morata de Tajuña, el de Arganda (cuyo núcleo de población dista sólo cuatro kilómetros de la planta), la Plataforma del Sureste y Ecologistas en Acción.
En Morata de Tajuña (5.500 habitantes), todos los concejales de la corporación municipal expresaron el pasado 30 de noviembre su rechazo a las intenciones de Portland al aprobar una moción en contra presentada por la propia alcaldesa, la socialista Concepción Loriente. El texto declara su "oposición institucional" al proyecto, "como medida cautelar" hasta que no se conozcan "las repercusiones sobre la salud de las personas". El Consistorio creó además una comisión de seguimiento sobre el asunto.
Ese mismo día, Ecologistas en Acción convocó una protesta ante la sede de Portland en Madrid. Los ecologistas sostienen que en la combustión de los restos de PVC y de neumáticos se producirán emisiones de partículas -"imperceptibles para los filtros que pueda instalar la empresa"- de metales como zinc, plomo, cobre, cadmio, cromo y arsénico, nocivos para la salud.
La asociación niega además que el proyecto de la firma obedezca a un intento de superar una supuesta crisis económica, ya que, aseguran, la producción de cemento en la región ha aumentado, en lo que va de año, en un 19% respecto a 1999. Los ecologistas acusan a Portland, una de las empresas con mayor volumen de producción, de querer "abaratar costes a costa de la salud de los vecinos".
El tercer frente de batalla lo ha abierto el municipio de Arganda del Rey (30.000 habitantes), muy cercano a la cementera y que corre el riesgo de recibir directamente las emisiones de contaminantes. El alcalde, Pedro Díez, que es también portavoz de la Plataforma del Sureste y portavoz adjunto en la Comisión de Medio Ambiente del grupo socialista en la Asamblea de Madrid, considera "negativa para la salud de los argandeños" la quema de residuos en la planta de Morata.
Díez ya ha presentado una interpelación al Gobierno regional, del PP, para que el consejero de Medio Ambiente, Pedro Calvo, explique en la Cámara las políticas ambientales de la Comunidad en relación a la incineración de residuos. Al igual que ha sucedido en Morata, el regidor de Arganda propondrá próximamente al pleno municipal una moción"de rechazo total" al proyecto de la cementera.
Medio Ambiente estudia mientras tanto el informe de impacto ambiental presentado por Portland. El director general de Calidad y Evaluación Ambiental, Ignacio López Galiacho, aseguró que estará lista en siete meses. Respecto a los posibles riesgos para la salud, López Galiacho señaló que "el proyecto cumple con la normativa europea".
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